martes, 23 de septiembre de 2008

Los derechos labores en el Perú ¿protección constitucional o letra muerta?

(*) Por Dr. Félix Chero Medina

Los Tratados Internacionales, los Convenios vigentes de la OIT y la Constitución Política del Perú, Arts. 22º y siguientes, pregonan la Protección de los Derechos Laborales y como consecuencias de ello se dictan innumerables clases, exposiciones y discursos políticos sobre el tema, sin embargo la realidad peruana nos permite constatar que la protección de tales derechos son: “LETRA MUERTA”

Así tenemos que en las Instituciones Públicas existen gran cantidad de trabajadores que realizan labores ordinarias y que vienen desempeñando funciones por más de 05, 10 y 15 años, sin embargo el Estado en sus leyes de Presupuesto invento el término de Contrato de Servicios No Personales y bajo esta modalidad que dentro de la Legislación Laboral NO EXISTE, se les excluye de sus beneficios sociales que la ley establece, no otorgándoles ni siquiera lo elemental como son las Prestaciones de Salud, sumado a ello los sueldos míseros que perciben.

En las Instituciones Privadas (con las excepciones del caso por supuesto) algo de lo mismo sucede, se contrata personal y al momento de firmar el contrato de manera encubierta les hacen firmar a los trabajadores un papel en blanco, para luego cuando los quieren despedir sin pagarles sus beneficios sociales los “hábiles contadores” de las empresas, los llenan con liquidaciones de beneficios que nunca les cancelaron.

El Presidente de la República en más de una oportunidad ha manifestado que en su gobierno se respetarán los derechos laborales y que no se producirán más despidos masivos, pero hasta la fecha no existe una política de gobierno tendiente al cumplimiento y respeto de dichos derechos, menos un estudio consciente para incrementar la RMV que a la fecha es de S/. 550.00 nuevos soles que el actual Presidente se lo gasta en una comilona o el ex Presidente Toledo en un botella de etiqueta azul.

Pero la población desempleada en nuestro país se incrementa a pasos agigantados y los jóvenes y padres de familia desempleados tiene que hacer de “mil oficios” o asumir trabajos de alto riesgo para sostener a sus familias, para citar un ejemplo: en uno de mis viajes a la ciudad de Lima pude constatar que a cien metros de la sede principal del Ministerio de Trabajo, pintaban un edificio un grupo de trabajadores a casi cien metros de altura, sin cascos ni arneses. Claro esta que estás personas no trabajan para el sector informal, ni para un empresario inescrupuloso, sino que están pintando la fachada de la Escuela de Postgrado de la Facultad de Derecho de la Universidad de San Marcos. Al lado del tambaleante andamio se exhibe el anuncio de un seminario sobre las nuevas tendencias del Derecho del Trabajo.

Estas personas arriesgan su vida no por voluntad propia, sino porque se encuentran obligadas por la extrema necesidad en que viven. Sucedió así hace pocos días, con los obreros sepultados vivos en una obra en Chosica, y con los que se electrocutaron al tocar una varilla de fierro en una construcción en Chilca (Huancayo). En el Perú, la precariedad del empleo permite que, cuando se contrata a una persona pobre para trabajos manuales, se la pueda someter a todo tipo de peligros.

Si resulta escasa la protección frente a accidentes, mucho más grave es la desprotección frente a las enfermedades. Desde Chorrillos hasta Lince, la mayoría de las empresas encargadas de recoger la basura en Lima incumplen requisitos mínimos como entregar guantes a los trabajadores. En Chiclayo sucede lo mismo. "Actualmente hay un boom de edificaciones y en ninguna existen instalaciones mínimas para que los albañiles puedan hacer sus necesidades, tomar sus alimentos, tener agua, etc.". En un estudio de abogados miraflorino, se dispuso que los vigilantes que estaban en la puerta, durante doce horas, no podían sentarse ni un momento, porque esto atentaba contra la imagen del local.

El patético panorama de explotación laboral que se vive en el Perú ha salido a la luz recientemente, cuando los congresistas demócratas de Estados Unidos señalaron que no existen condiciones para suscribir el TLC con el gobierno peruano, dado el incumplimiento de los convenios de la Organización Internacional del Trabajo. Para la mayoría de los peruanos, los convenios de la OIT a que se refieren los demócratas son ciencia ficción, especialmente porque muchos empresarios no parecen creer que los trabajadores sean seres humanos con derechos.

El flagrante incumplimiento de normas laborales tiene varias razones: el aumento de requisitos para formar un sindicato ha generado mucha debilidad de las organizaciones laborales (hay que tener más de treinta años para recordar una huelga bancaria en el Perú).

Tenemos también el sector informal, tan elogiado, donde se logran grandes ganancias a costa de pésimas condiciones laborales, sea en los talleres textiles de Gamarra o las galerías de Mesa Redonda... y quienes llegan allí escapan de otras formas aún peores de explotación en las zonas rurales, como la servidumbre por deudas aplicada por los madereros en la región amazónica.

Debe decirse, además, que los inspectores del Ministerio de Trabajo siguen siendo muy pocos y están concentrados en Lima, lo cual permite a las grandes empresas mineras o a los complejos agroexportadores vulnerar impunemente las normas.

En ocasiones el propio Estado marca la pauta de explotación: en hospitales y ministerios existen miles de trabajadores que llevan años bajo la modalidad de "servicios no personales", sin derecho a vacaciones o gratificación, y muchos ganando apenas el sueldo mínimo. El programa "A trabajar" es aún más discutible, porque está en manos del propio Ministerio de Trabajo, que se jacta de haber dispuesto 400.000 puestos laborales temporales... a 14 soles diarios, es decir, en el mejor de los casos, 364 soles al mes. Cuando los campesinos de una comunidad de Amazonas señalaron que por lo menos querían el sueldo mínimo, los ingenieros dijeron que como vivían en extrema pobreza, debían conformarse con eso o no habría obras en su localidad. Por lo tanto, las cifras sobre el crecimiento económico esconden condiciones laborales inhumanas y es natural que tantos peruanos prefieran marcharse, aunque sea arriesgando la vida en Irak o Afganistán.


Sin embargo, los demócratas de Estados Unidos no tendrían que venir al Perú para comprobar estas formas de explotación: el mes pasado se produjo una renuncia masiva de trabajadores en la sucursal neoyorquina de una afamada cadena peruana de restaurantes, cansados de los abusos que se cometían contra ellos.

En nuestra ciudad de Chiclayo el Comercio y la inversión privada crece, si echamos un vistazo por SAGA FALABELLA, TOTTUS, PLAZA VEA, ETC, ETC, la pregunta es la Dirección de Trabajo ya visito si los Empresarios cumplen las condiciones labores y el pago de los beneficios sociales conforme a ley. O es que en el Perú la Inversión justifica la Explotación.

Veremos si los sectores que sostenían que el TLC favorecería a las grandes mayorías promueven el cumplimiento de los derechos laborales. Aunque sólo sea por las objeciones de los congresistas de EEUU.


Datos Fuente: http://www.rel-uita.org/internacional/alca/sin_derechos_laborales.htm
















































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(*) Especialista en Derecho Penal y Laboral, reconocido conferencista en Temas de Derecho Penal, Procesal Penal, Laboral y Constitucional.

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